jueves, 6 de diciembre de 2012


El turista en México
  Sorpresas HUMORÍSTICO CENSO DE PECULIARIDADES DEL HABLA MEXICANA QUE CONTRASTAN CON USOS DE OTROS PAÍSES
ÁNGEL ROSENBLAT | Lingüista venezolano@nacion.com
Ha dicho Bernard Shaw que Inglaterra y los Estados Unidos están separados por la lengua común. Yo no sé si puede afirmarse lo mismo de España e Hispanoamérica. Pero de todos modos sí es evidente que el uso de la lengua común no está exento de conflictos, equívocos y hasta incomprensión, no solo entre España e Hispanoamérica, sino aún entre los mismos países hispanoamericanos.
Los conflictos y equívocos surgen también apenas se plantea el carácter del español hispanoamericano. Porque alternan o se entremezclan a cada paso tres visiones de carácter distinto: la visión del turista, la visión del purista y la visión del filólogo.
Detengámonos en la visión del turista. Un español, que ha pasado muchos años en los Estados Unidos lidiando infructuosamente con el inglés, decide irse a México porque allá se habla español, que es, como todo el mundo lo sabe, lo cómodo y lo natural. En seguida se lleva sus sorpresas.
En el desayuno le ofrecenbolillos. ¿Será una especialidad mexicana? Son humildes panecillos, que no hay que confundir con lasteleras, y aun debe uno saber que en Guadalajara los llamanvirotes y en Veracruzconijillos.
Al salir a la calle tiene que decidir si toma un camión (el camión es el ómnibus, la guagua de Puerto Rico y Cuba) o si llama a unruletero (es el taxista, que en verdad suele dar más vueltas que una ruleta), a no ser que le ofrezcan amistosamente unaventoncito (unempujoncito), que es una manera cordial de acercarlo al punto de destino (unacolita en Venezuela, unpon en Puerto Rico).
Si quiere limpiarse los zapatos, debe recurrir a unbolero, que se los va abolear en un santiamén. Llama por teléfono, y apenas descuelga el auricular oye: “¡Bueno!”, lo cual parece una aprobación algo prematura. Pasea por la ciudad, y le llaman la atención letreros diversos: “Se renta”, por todas partes (le recuerda el inglésto rent y comprende que son locales o casas que se alquilan); “Ventas al mayoreo y menudeo” (lo delmayoreo lo entiende, pero le resulta extraño), “Ricas botanas todos los días” (lo que en España llamantapas, en la Argentinaingredientes y en Venezuelapasapalos).
Ve establecimientos llamadosloncherías, tlapalerías (especie de ferreterías),misceláneas (pequeñas tiendas o quincallerías) y atrac-tivasrosticerías (conocía lasrotiserías del francés, pero no lasrosticeríasdel italiano). Y un cartel muy enigmático: “Prohibido a los materialistas estacionar en lo absoluto” (losmaterialistas, a los que se les prohíbe de manera tan absoluta estacionar allí, son en este caso los camiones, o sus conductores, que acarreanmateriales de construcción).
Lo invitan a ver elZócalo, y se encuentra inesperadamente con una plaza, que es una de las más imponentes del mundo. Pregunta por un amigo, y le dicen: “Le va muy mal. Se ha llenado de drogas”. Lasdrogasson las deudas y, efectivamente, ayudan a vivir, siempre que no se abuse. Le dice al chofer que lo lleve al hotel, y le contesta:
–Luego, señor.
–¡Cómo luego! Ahora mismo.
–Sí, luego luego.
Está a punto de estallar, pero le han recomendado prudencia. Después comprenderá queluego significa “al instante”.
Le han ponderado la exquisita cortesía mexicana, y tiene ocasión de comprobarlo:
–¿Le gusta la paella?
–¡Claro que sí! La duda ofende.
–Pos, si no tiene inconveniente, comeremos una en la casa de usted.
No podía tener inconveniente, pero le sorprendía que los demás se convidaran tan sueltos de cuerpo. Encargó en su hotel una soberbia paella y se sentó a esperar, pero en vano porque los amigos lo esperaban enla casa de usted, que era la casa de ellos.
La gente lo despide: “Nos estamos viendo”, lo cual parecería una afirmación obvia, pero quieren decirle: “Nos volveremos a ver”. Va a visitar a una persona, para la que lleva una carta, y le dicen: “Hoy se levanta hasta las once”. Es decir,no se levanta hasta las once. Aspira a entrar en el Museo a las nueve de la mañana, y el guardián le cierra el paso, inflexible: “Se abre hasta las diez” (de cómo en la vida se puede prescindir del antipáticono ).
Oye con sorpresa: “Me gusta elchabacano” ( elchabacano, aunque no parezca, es el albaricoque).
Abre un periódico y encuentra títulos de tres y cuatro columnas que lo dejan atónito: “Sedicente actuario que comete un atraco” (elactuario es el funcionario público), “Para embargar a una señora actuó como ungoriloide” (como un bruto), “Devolverán a la niña Patricia. Parecen estar de acuerdo los padres y los plagiarios” (losplagiarios son los secuestradores), “Boquetearon a un comercio y se llevaron 10.000 pesillos” (boquetear es abrir un boquete), “Después de balaceados los llevaron presos” (labalacera es el tiroteo), “Se ha establecido que entre los occisos existía amasiato” (es decir, concubinato).
Pero el colmo, y además una afrenta a su sentimiento nacional, le pareció el siguiente: “Diez mil litros de pulque decomisados a unos toreros”. Eltoreo es la destilería clandestina o la venta clandestina, ytorero, como es natural, el que vive deltoreo.
Nuestro turista se veía en unos apuros tremendos para pronunciar los nombres mexicanos:Netzahualcóyolt ,Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Tlalnepantla y muchos más, que le parecían trabalenguas. Sobre todo tuvo conflictos mortales con lax. Se burlaron de él cuando pronuncióMéxico, respetando la escritura, y aprendió la lección:
–El domingo pienso ir a Jochimilco.
–No, señor, a Sochimilco.
Se desconcertó de nuevo, y, como quería ver la tan ponderada representación delEdipo Rey, le dijo al ruletero:
–Al teatro Sola.
–¿Qué? ¿No será Shola?
¡Al diablo con lax! Tiene que ir a Necaxa, donde hay una presa de agua y, ya desconfiado, dice:
–A Necaja, Necasa o Necasha, como quiera que ustedes digan.
–¿No será a Necaxa, señor?
¡Oh, sí, latambién se pronuncia! No pudo soportar más y decidió marcharse. Los amigos le dieron una comida de despedida, y sentaron a su lado, como homenaje, a la más agraciada de las jóvenes. Quiso hacerse simpático y le dijo, con sana intención:
–Señorita, tiene usted cara de vasca.
¡Mejor se hubiera callado! Ella se puso de pie y se marchó ofendida. Labasca es el vómito, ytener cara de basca es lo peor que le puede suceder a una mujer, y hasta a un hombre.
Nuestro español ya no se atrevía a abrir la boca, y eso que no le pasó lo que, según cuentan, sucede a todo turista que llega a tierra mexicana, que le advierten en seguida:
“Abusado, joven, no deje los velices en la banqueta porque se los vuelan” (abusado, sin duda, es un cruce entreavisado yaguzado , equivale a¡ojo !,¡cuidado! ; losvelices son las maletas; labanqueta es la acera, yse los vuelan, bien se adivina). Nuestro español lio los petates y buscó refugio en tierra venezolana.
EL AUTOR FUE UNO DE LOS MÁS IMPORTANTES LINGÜISTAS DE HISPANOAMÉRICA. MURIÓ EN CARACAS EN 1984. ESTE ESCRITO APARECE EN SU LIBRO ‘EL CASTELLANO DE ESPAÑA Y EL CASTELLANO DE AMÉRICA’ (1962) Y FORMA PARTE DE UNA SERIE DE ‘VIAJES’ DE ‘TURISTAS’ A PAÍSES HISPANOHABLANTES.

No hay comentarios:

Publicar un comentario